O Chile é um país alegre. Apesar da ferocidade com que a estrutura do planeta trata o seu povo, eles conseguem se manter dispostos, gentis e otimistas.
Vejam que situação: em menos de dois anos, o Chile teve dois terremotos acima dos 8 graus na escala Richter, tsunamis, incêndios na região de Valparaíso e eles se levantaram e seguiram construindo seu país novamente.
Sabemos que o planeta é feroz – em algumas regiões mais que em outras – e assim mesmo cometemos erros que acabam custando parte da nossa tranquilidade futura. Construímos em encostas, poluímos ar, terra e água. Somos, em parte, culpados por muitas coisas que nem sequer nos damos conta.
Por isso que o exemplo de como o Chile lida com essa ferocidade me anima. Acredito que a reeducação, de um modo geral, poderia mudar esse panorama rumo à harmonização entre o homem e a natureza. Como quase tudo que eu coloco por aqui, isso poderá parecer loucura agora, mas é um futuro possível.
E acredito que essa reeducação se aplica a muitas questões. Desde como lidar com terremotos, enchentes, furacões (como o que ocorreu na Flórida) ou até mesmo para apaziguar a relação do homem consigo mesmo. A corrupção, que é o principal tsunami do Brasil, em última instância, nada mais é que um grupo de pessoas ignorarem regras para tomar mais da natureza que os outros, que seguem as regras.
Por isso, durante minha passagem pelas TVs Chilevisión e Lared, falei sobre muitas coisas e os temas principais eram sempre o fato de termos de nos adaptar ao mundo em que vivemos.
Se há uma mensagem que quero deixar sobre esta última semana, é algo simples: vamos nos adaptar. À natureza, às regras, ao mundo em que vivemos. Assim poderemos ser mais felizes e seguir com as nossas vidas, podendo escolher os nossos desafios ou invés de sermos consumidos por aqueles que surgem em nosso caminho.
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¿Quién serán los dueños del mañana?
Chile es un país alegre. A pesar de la ferocidad con que la estructura del planeta trata a su pueblo, ellos consiguen mantenerse dispuestos, gentiles y optimistas.
En Chile, en menos de dos años, Chile tuvo dos terremotos por encima de los 8 grados en la escala de Richter, tsunamis, incendios en la región de Valparaíso y se levantaron y siguieron construyendo su país nuevamente.
Sabemos que el planeta es feroz – en algunas regiones más que en otras – y así mismo cometemos errores que terminan costando parte de nuestra tranquilidad futura. Construimos en laderas, contaminamos aire, tierra y agua. Somos, en parte, culpables por muchas cosas que ni siquiera nos damos cuenta.
Por eso el ejemplo de cómo Chile lidia con esa ferocidad me anima. Creo que la reeducación, en general, podría cambiar ese panorama hacia la armonización entre el hombre y la naturaleza. Como casi todo lo que pongo aquí, esto puede parecer locura ahora, pero es un futuro posible.
Y creo que esta reeducación se aplica a muchas cuestiones. Desde cómo lidiar con terremotos, inundaciones, huracanes (como lo que ocurrió en la Florida) o incluso para apaciguar la relación del hombre consigo mismo. La corrupción, que es el principal tsunami de Brasil, en última instancia, nada más es que un grupo de personas ignorar reglas para tomar más de la naturaleza que los demás, que siguen las reglas.
Por eso, durante mi paso por las televisiones Chilevisión y Lared, hablé sobre muchas cosas y los temas principales eran siempre el hecho de tener que adaptarse al mundo en que vivimos. Si hay un mensaje que quiero dejar sobre esta última semana, es algo simple: vamos a adaptarnos. A la naturaleza, a las reglas, al mundo en que vivimos. Así podremos ser más felices y seguir con nuestras vidas, pudiendo escoger nuestros desafíos o en lugar de ser consumidos por aquellos que surgen en nuestro camino.
